Hay algo que tiene el intenso que no lo tienen los demás, es algo en los ojos, un brillo que anticipa a la pasión. El intenso sabe que hay curvas y prefiere subir bien alto, por más que en el fondo sabe, que cuando esté cuesta abajo va a ser mil veces más fuerte el tirón. Es en esos vaivenes que encuentra el placer narcisista de creerse distinto, de saber que prefiere una cadena de altibajos antes que vivir en la monotonía. Pero al final, sólo es alguien que pide a gritos lo mismo que quieren todos. Que nos quieran.
Transitorio
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lunes, 25 de agosto de 2014
domingo, 3 de agosto de 2014
Turista
Una semana y media
para cerrar un negocio del orto. Ir a Roma sin ir a Roma prácticamente. Conocer
el paisaje desde el hotel. Practicar por un mes su italiano oxidado con una
profesora con olor a humedad. Sonrisas falsas, chistes al argentino, el
argentino que se los morfa todos y se calla. Es joven y está bien acomodado.
Mira a la hija de Caffarelli y ella lo mira a él. En la cena ella le pregunta si
tuvo la oportunidad de visitar el Coliseo, se lo pregunta en un español de
España. Porque además de rica, rubia, flaca y linda, viaja mucho. Él para
hacerse notar dice que no, que hasta ahora los negocios ocuparon todo el viaje.
Hija critica a su padre enfrente de todos por su falta de tacto, y lo obliga a
dejarle un día libre al argentino para que ella le haga de guía turística.
Padre se ríe, acepta dejarle libre medio día. Después de una mañana liviana, la italiana le
muestra el Coliseo, la Fontana Di Trevi, el departamento que le compró su papá
cuando cumplió 18, sus sábanas, su corpiño blanco y su desnudez europea. A Juan
le dejó de importar que los negocios cubrieran casi toda su estadía, los
chistes sobre argentinos y la comida de hotel, ya conocía una parte de Italia
que un turista común jamás iba a conocer.
.-
Olor a café con leche espumoso. Olor a madera vieja
pero cuidada y olor a perfume de mujer conocido (conocido por él). Parecía una
mezcla de flores, como si hubiesen cortado un par de pétalos de todos los
colores y los hubiesen mezclado para que ella se los pusiera. Olor a angustia y
ruido de tazas acomodadas en una bandeja por un mozo inexperto. Olor a
medialunas de manteca. No, acá no se
puede, más tarde. Que cuándo vuelve. En
dos días ¿No te avisó? Que cómo le digo que en Roma está con otra sin
parecer un mentiroso. No sé cómo hicimos
esto si se conocen desde chicos. Que sin pintar es más linda. No sé qué quiero. Que no puedo dejar de
pensar en lo que pasó y el otro boludo la caga cada vez que puede. No puedo tirar todo lo que tengo con Juan. Dejá
de pensar un poco por favor.
.-
-Boludo es un camión la mina ésta,
viene todas las noches al hotel.
-Ah, qué loco.
-El viejo es un hijo de puta, tengo
ganas de cagarlo a trompadas. Si fuera un capo como Corleone bueno, pero es un
hijo de puta.
-¿Cuándo volvés?
-En
dos días, me quiero morir.
-¿Vas a extrañar Roma?
-No, a la italiana pelotudo. A Valen
le compro algo en el freeshop y listo, algún perfume, no sé.
-¿No tenés tiempo?
-Y no, si pierdo tiempo comprando...¡Ya
sé! ¿Y si le comprás algo vos?
-Juan ¿Me estás jodiendo, no?
-Daale, si las mierditas esas con la
torre inclinada están en todos lados.
-Abajo va a decir made in Argentina.
-Dicen todas made in Taiwán y te van
a cobrar en pesos.
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