F de Federico
Situación no tan
regular. Ojos verdes. 1, 80 (de altura). Arito en la nariz. Excelente cocinero.
30 años. Vive solo en un departamento, y hace aproximadamente un año atrás consiguió
un gato, porque quería que hubiese algún tipo de movimiento en esas 4 paredes,
alguien que hiciera ruido, ronroneara y lo acariciara esporádicamente sin
reclamar nada. “Los gatos no se enamoran”, dijo Fede.
Camina despreocupado,
sonríe con una mueca seductora, como quien quiere caer bien a medias, o como
quien sabe que no necesita una sonrisa entera para ser simpático. Es muy lindo,
y lo sabe. Pero aún así necesita ir por ahí reafirmándose, caminando en zigzag entre
las presentes. Aire sobrador y un par de chistes que no se escuchan. Humo, de pucho.
En 10 días intentó un
par de frentes distintos, con más esfuerzo en algunos que otros, y demostrando
una terquedad increíble, para los conceptos y para los rebotes.
En 10 días no tuvo
mucha suerte, le tocó un grupo de minas poco aventureras. Se ve a simple vista
lo que pasa por sus ojos, o quizás son los míos que me dicen que es de los que
duran dos rounds. Seguramente dos rounds mucho más que interesantes, pero
estamos a fin de cuatrimestre, y las energías, por lo menos las mías, no son
las mismas que en marzo.
Las que recién lo
conocen piensan un poquito diferente.
-¿Viste qué bueno que
está?
-¿No estabas de novia
vos?
-Estoy en medio de una
crisis ¿Vos?
-Dejo TODO.
Simpático. Carilindo.
MUY cabeza dura. Uf, es un combo big mac con papas y gaseosa grande. Me cae
bien, pero no da que se anden derritiendo por los pasillos. Una, que viene de
perder por goleada con el campeón de local, le dice a sus titulares que se tomen
unas vacaciones. Spa, asadito y psicólogo para aliviar el estrés. Quedan para
jugar los suplentes, unos pendejos adolescentes, con un poco de acné y
totalmente imposibilitados de hacer más de tres pases seguidos. El DT se muerde
el labio, pero la hinchada los banca. Esa hinchada, la misma que sepultó a los
titulares al final del campeonato, ahora alienta a un par de pibitos menores de
edad. El DT agradece, pero no entiende mucho.
-Fácil maestro, los
pibes estos no hacen goles, pero no dejan que nadie pase mitá de cancha.
Y si, la gente está
sensible. Después de semejante goleada sobre el final, los hinchas entienden el
valor de algunas cosas, como de una defensa sólida, una que no tambalea. Quizás
ante la falta de juego, con no perder es suficiente. Ese punto que se gana, y
que tal vez ayude a no restar.
F de Fetiche
Caminaba por
microcentro pensando en todas estas cosas. Demasiado abrigada. A veces pasa,
cuando uno se levanta muy temprano y prende el televisor, pone el noticiero y
lee 1.6 grados. Da más frío el número que otra cosa. Yo, friolenta, me visto
como una cebolla y a la tarde un poquito me arrepiento.
Tenía un tera en el
morral (con sus correspondientes cables), una guía T, un paquete de galletitas
(mi triste almuerzo), un cuadernito y 60 pesos, porque no había conseguido
plata en ningún cajero el fin de semana, y venía evitando ir al banco hace un
tiempo. Midiendo y evaluando las posibilidades, me decido a caminar. Sí, a
veces lo hago. Caminar distancias que
nadie caminaría, sin mucho sentido, sólo para caminar y pensar.
Saco el celular y le
pregunto a mi amiga a qué hora va a estar en su casa. Tarde, muy tarde (ya lo
suponía). Mando otro mensaje, a esa otra amiga que es un poco más grande. En
una hora y media está en su casa, genial, es lo que me va a tomar caminar hasta
ahí.
Guardo el celular y
escucho un grito medio extraño. Miro hacia atrás y veo a un pibe de no más de
16 años corriendo, y atrás lo sigue una chica, gritando desesperada.
-¡¡Parenlo!!
Pasa bastante lejos, no
tengo oportunidad de pararlo. Cruza la calle en verde y los autos pasan, a ella
no le importa nada, también cruza corriendo. Es la avenida más importante del
país. Algunos intentan agarrarlo pero no pueden, hasta que entre en un par lo
sujetan y lo tiran al suelo. Ella llega y recupera lo que es suyo. Miro la
situación.
Al lado mío corriendo
pasan dos chicos de la misma edad que el que pibe, sospecho que son amigos suyos,
porque miran preocupados pero se pierden entre la gente, y tienen olor a
transpiración.
Sigo mi ruta.
Camino y llego a Santa
Fe. Uh, esta calle me puede. Ropa, zapatos y vidrieras. No sé qué prefiero.
Cada vez que paso caminando o desde un colectivo me dan ganas de estudiar
diseño de indumentaria, volver a tener un local propio o dedicarme a armar
vidrieras. Me encanta todo eso. Por suerte sólo tengo $60, ni la tarjeta de
débito encima. Es un peligro pasar por acá. Pero estoy tranquila, con $60 sólo
puedo caminar y mirar ¿Qué te alcanza con $60? Sonrío y pienso, nada me alcanza.
Hace mucho que vengo pensando en botas o zapatos rojos, campera roja, gorra
roja, algo rojo. No sé, es un color lleno de energía. Flores, libros, más vidrieras,
gente caminando. Uh, un TodoModa ¿Habrá cinturones?
Me quedan $30 ahora.
F de Foco
Subo al 7º 21 y nos
ponemos a tomar mate. Terminamos verde, como siempre. Me habla de su futuro
viaje que nos emociona tanto a las dos, le hablo de mi vida, de la nueva serie
que estoy mirando y me fascina, y de mi hermosa nueva adquisición. Me habla en
francés, me traduce, me río y me dice que estoy flaca. Tardamos horas en
ponernos al día, varias horas y 3 termos. Cae la noche y le hablo a mi otra
amiga, sisi, esa que le atrasa el reloj. Saludo, abrazo con amor y camino un
par de cuadras hasta Gallo.
No puedo creer toda la
historia que hay en el 8º 25. El día que se mude voy a llorar. Podría decir,
sin exagerar, que en cada metro cuadrado hay una anécdota para contar, esas
cosas que pasaron y otras muchas que no, que quedaron en nuestras retinas
grabadas y nos hacen reír.
Cerramos la puerta y
vomitamos todo. Lindo, feo, lágrimas, histerias, cachetazos, baldes de agua
fría (que ya estando en invierno no son joda) y abrimos el baúl de los
recuerdos.
Enchufamos mi tera y
empezamos a pasar muchos GB de anécdotas. Esas que nos ponen la piel de
gallina. No nos cansamos de ver los videos, nos sabemos los diálogos, el
momento en el que cada una se va a reír
y cómo lo va a hacer.
-Capaz es medio puta.
-Brilloso, suave…
-Anda!
-Corte! (Aiii no boluda
esta no va)
-Si estás viendo esto y
no es fin de año, algo malo te va a pasar.
-¡Cómo le gusta el
jugo!
-¿Qué pasó dire? ¿Te
tragaste la planta, dire?
-Estoy bajo mucha
presión, ustedes no entienden.
-Esto es jugo, estamos
hablando de la planta, del story…
El domingo pasado no
podía dormir del dolor de panza, sabiendo que estaba a horas de tenerla. Ahora mi
amiga está tan contenta como yo, sabe que me encanta dirigir y que en nuestros
cortos y trabajos prácticos se la voy a dar. La t3i va a ser toda para ella.

Hablando de tantas
cosas no se si se da cuenta, pero un año atrás, ninguna tenía idea de todo lo
que íbamos a caminar.
Cocinamos y cenamos
juntas. Me hace muy feliz estar ahí, con ella, con los chicos. Esas risas
sanas, (que incluyen algún que otro licor) más anécdotas y buena onda.
Camino a la parada
pienso en la canción de Soda, pero con el ritmo de Agapornis. Esa canción que
me hace acordar al 8J y a un montón de arena.
No es tan fácil hacer
foco, y nos encanta no saber hasta dónde llegaremos.