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viernes, 27 de diciembre de 2013

¿Ya te hiciste de Racing?

Hace calor y tengo sueño todo el tiempo, me acuesto relativamente temprano, me levanto temprano y duermo siesta. Mis funciones cerebrales oscilan el 35% de actividad, llegando a los 50% cuando tengo que atender un caso medio complicado:
-Pedí un equipo, tardaron en traérmelo, les dije que no lo quería, me lo facturaron igual, lo empecé a pagar, me di cuenta, llamé para pedir un ajuste, me dijeron que lo habían hecho, pero me lo volvieron a facturar. Además el servicio es malísimo.
-Em, hola, sí, más despacio que hace calor y andamos con ventiladores porque se rompió el aire. Dormí mal porque me desperté con sed y transpirada como si hubiese corrido diez cuadras, casi siempre tengo la nuca mojada y estoy pensando en raparme pero usaron fórceps conmigo y tengo la cabeza con forma de alien. Me gustaría ser Winona Ryder sin el cleptomanismo o Natalie Portman sin el enanismo.
Ojalá pudiera contestarles así.
Estuve una semana preguntándole a mis amigos si me convenía cortarme el pelo  o no. Creo que de unos diez, sólo dos respondieron afirmativamente, los demás me dijeron lo mismo que me dicen cada dos meses, cuando me agarra la histeria y me siento revolucionaria: “y… el pelo largo queda lindo”. Le comento la situación a una de las señoras que trabaja en la peluquería.
-¿Le hiciste caso a tus amigos?
Me preguntó, mientras completa el ritual que hago cada  3 meses, pintándome las raíces que sólo yo me veo porque el color chocolate del que decidí teñirme hace año y medio es muy parecido al original, así que sólo se nota cuando hay mucho sol o cuando un alma bondadosa dice darse cuenta de la diferencia.
-Sí, es que no estaba muy decidida la verdad.
-Ah, entonces bien.

La peluquería de la esquina la descubrí hace muchos años, justo el mismo día que dejé de cortarme el pelo. Venía de un rubio raro que supongo no me quedaría muy bien, porque como me dijo un amigo una vez “La única forma de que a una morocha le quede bien el rubio es si es Jessica Alba en Sin City”.
Enseguida lo que me llamó la atención fue el poder de decisión del peluquero con sus clientas, parecían esas peluquerías de barrio (si alguna vez hubiese conocido alguna) en donde el peluquero y sus ayudantes están enterados de la vida de todos (pero para bien) y siempre tienen tema de conversación para hablar, pasando del clima, al peinado que se hizo la nueva reina de no sé dónde, la inflación, los cortes de luz y su “ojalá que gane Racing”.
En estos años pasé por muchas boludeces y heroicamente fui frenada por este hombre futbolísticamente sufrido, que me entendió muy bien cuando le dije: “San Lorenzo safó, prometí que me iba a teñir”. Por suerte no había dicho ningún color extravagante, así que miré ese cartón lleno de pelos de colores y señalé el chocolate, que al final tampoco fue demasiado revolucionario pero me dejó cumplir con mi promesa hecha a la nada misma y dijo “linda elección, Wella toma muy bien el color y no se te va a lavar nunca”. Algún hincha de verdad habría prometido tatuarse o teñirse de rojo tomate pero en este Word odiamos los fanatismos, y le tenemos miedo a las agujas.
-Quiero hacerme la permanente, quiero tener rulos.
Lo había pensado por meses, había pedido franco ese día en el laburo para poder estar encerrada entre espejos y revistas GENTE toda la tarde, para llegar y tirar esa bombita.
-Tenés el pelo teñido Rocío, ni loco te hago una permanente.
-¿Por qué no?
-Porque se te va a quemar, se te va a arruinar y te lo vas a tener que cortar. Ni loco lo hago, si querés permanente, andá a otra peluquería.

Y así terminaban las discusiones con Juan, si él no lo hacía era porque iba a quedar mal y si algún otro te prometía hacerlo, iba a quedar peor y cuando volvieras  Juan te iba a decir “te lo dije”. Es como una mamá que sabe usar las tijeras para algo mejor que amenazar si no hacés caso.
-Me lo quiero cortar, mucho.
Dijo una, bastante decidida.
-Mirá que para que te vuelva a crecer como lo tenés ahora vas a tener que esperar unos 3 años, el pelo crece, pero no tan rápido.
-Ah, bueno.
Y con eso minaba las decisiones apresuradas de un montón de mujeres que llegaban a la peluquería buscando un cambio externo para no hacer uno interno (reflexión truchita sacada de Parateens).
-Es que la cosa es así señoras (Juan levantaba un poco la voz y parecía estar dando clase a todas las mujeres del salón), ahora con el calor tooodas se quieren cortar el pelo, pasa el verano, y a principios de Marzo están todas queriendo hacerse extensiones y que se yo, ahorre, señora, ahorre, se me pone un rodete y después tiene el pelo largo en el invierno.
-¿Vos que te vas a hacer nene?
-Me quería sacar un poco acá adelante.
-¿Ya te hiciste de Racing?
-No, soy del rojo.
-Por eso, ¿Ya te hiciste de Racing?

-Aii, Juan, ¿Quiénes son esas personas que están en la entrada? Dejé el auto enfrente, ¿vos decís que lo lleve a casa y vuelva caminando?

Levanté la vista del amor empalagoso de Wanda con Icardi (tatuate mi nombre y regálame pasajes por el amor de dios) para mirar a la Doña Rosa que acababa de entrar con su hijo. La señora se refería a un grupo de 40 personas esperando en la esquina, al lado de la peluquería, con nenes llorones muriéndose de calor debajo del sol.

-Están esperando que les paguen, vienen a cobrar, lo que pasa es que siempre les dicen un horario y la plata no está, entonces los tienen esperando. Cobran y se van a cortar la calle porque no tienen luz ¿Tiene seguro el auto?
-JAJA si, pero viste, por ahí dejo el auto en casa y me vuelvo caminando y me ahorro algún problemita.
-No pasa nada, hay gente que necesita ayuda.

Si esta mujer habla de ir a dejar el auto en su casa y volverse caminando, significa que no debe estar a más de 5 cuadras, definitivamente merece que se lo roben, por estúpida y por ser la peor expresión de la clase media que se piensa demasiado diferente.

-Empecé a leer un libro, es de **** que es un *** y recorrió Latinoamérica, una especie de crónica.

Me cuenta una de mis mejores amigas cuando la voy a visitar a su nueva casa, mientras me sirve otro vasito de Tía María que horas más tarde descubrí no debería haber tomado.

-El chabón estuvo en Brasil y lo que cuenta es genial, dice que allá valoran sus raíces africanas mientras que cuando empieza el capítulo de Buenos Aires escribe “se dicen que son la Europa de Latinoamérica”. No lo pude leer más, es tristísimo que nos pinte tal cual somos y que seamos tan idiotas.

Todavía estoy pensando si cuando Juan dijo "Hay gente que necesita ayuda" lo decía por Doña Rosa, por la gente que está sin luz o por la gente que estaba afuera esperando la ayuda económica que reciben mensualmente.

Los nombres y cosas que no se recuerdan bien por efecto del alcohol fueron reemplazados con ***, si le interesa el libro mencionado puede preguntarle a mi amiga Ruth.

Paio es un señor muy groso, acá va uno de sus dibujitos.



3 comentarios:

  1. Si esta mujer habla de ir a dejar el auto en su casa y volverse caminando, significa que no debe estar a más de 5 cuadras, definitivamente merece que se lo roben, por estúpida y por ser la peor expresión de la clase media que se piensa demasiado diferente.

    Excelente amiga mia, como siempre.

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  2. gracias por leerme y comentarme lindita :)

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