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lunes, 3 de marzo de 2014

Noche de fútbol

Estaban como perdidos, en 30 minutos no habían tenido ni una oportunidad clara de entrar al área. Daba un poquito de pena ver el baile que se estaban comiendo. El delantero estrella se anima y el arquero no puede hacer nada. Al ángulo, golazo, imposible hasta para la figura del partido, ese arquero que se banca todas y vive puteando a los defensores que parecen ir de un lado a otro sin saber bien a quién marcar. Ya venía tapando 3 chances claras y contando. Era obvio que iba a pasar. Comentarios verdaderos y punzantes salen de un micrófono de alguien que dice saber de fútbol.

-No se bien cómo decirlo, pero… se que es mejor temprano que tarde.
-¿Qué pasa?
-No le veo mucho futuro a esto… por ahí estoy dando muchas vueltas al pedo, por ahí sabés cómo son las cosas mejor que yo… Me gustás, pero… nada, no va a pasar mucho más que esto.
-Está todo bien, pero entonces… creo que es mejor que nos dejemos de ver.
-Está bien, te lo respeto.

El entretiempo es un momento clave para ser aprovechado. Un buen DT lo sabe. Éste en particular no se maneja con reproches individuales. Tiene poco tiempo para que 11 jugadores procesen, asimilen y se motiven. Ahorra tiempo pasando a la motivación, va a tener una semana para charlas individuales y prácticas intensivas. Ni siquiera pierde el tiempo caminando de un lado a otro. Se para frente a todos y les recuerda lo que trabajaron, lo que vinieron practicando. El campeonato recién empieza, pero eso no significa que puedan darse el lujo de perder así. Si van a perder, que sea dejando todo. Para correr de un lado al otro, que vayan a un parque, no a jugar un partido.

-¿Cómo estás?
-Bien, laburo, facu, lo de siempre.
-Me alegro, che.
-¿Vos qué contás?
-Nada, con bastante laburo por suerte, pero estoy un poco cansado. Te quería preguntar… si está todo bien.
-Sí, obvio.
-No sé si… daría para vernos, si está todo bien para vernos algún día.
-Em, si, estaría bueno.

Después del entretiempo las cosas se ordenan, aparecen los cambios salvadores y un par de mentes frías le dan lugar a la organización. El delantero estrella se cansa y no vuelve a ser molestia en el área. El arquero pierde protagonismo y puede relajarse un poco. Se juega más en media cancha y hasta tienen un par de oportunidades de gol, asustan un poco, parecen otro equipo. El  comentarista tiene un poco más de piedad para el equipo que se acaba de despertar y empieza a criticar a un oponente cansado, sin ideas, falto de juego y esas cosas que repiten los periodistas deportivos y son imitadas en cualquier charla entre amigos.

-Hay algo que te quiero decir hace un tiempo, digo, no me gusta que digamos de vernos y no sepas que estoy saliendo con alguien.
-¿Saliendo?
-Sí, estamos viendo.
-Pero… bueno ¿Y qué onda eso?
-No, nada. La estoy conociendo pero quería que supieras.

Roja directa. El DT se agarra la cabeza, faltan 10 minutos y tenían chances todavía. Pero Pedroza es así. Ni siquiera se queja, pide disculpas por ir a pegar y se va, cabeza agachada, músculos cansados, toda la sangre explotándole en la cabeza. Ninguno de los 10 que quedan le dicen nada. Están haciendo las cosas bien pero no es suficiente. Cada minuto cuenta, una pelota perdida puede terminar en gol y salvar el punto. El fútbol es así. Una cuota grande de garra, trabajo en equipo, trabajos individuales y… un poco de suerte. Que esa noche no tienen. Se despertaron demasiado tarde. Agregan 4 minutos más. Ambos DT miran el reloj, uno desde hace 20 minutos quiere que se termine todo, y otro transpira haciendo fuerza con los ojos para llamar al gol.
Ese partido estaba durando como un año ya, pensó uno.
Vamos a tener que trabajar el juego, pensó el otro.

De todas maneras en los vestuarios el discurso fue bastante parecido. Respirar, relajar, y trabajar para el próximo encuentro. Para las cámaras los ganadores estuvieron orgullosos del gol, puertas adentro se pusieron a pensar por qué un equipo organizado pero con pocas chances los bloqueó para hacer más. Los que perdieron los 3 puntos se fueron con aplausos de la hinchada que siempre está, y cada uno de esos 11 cuando se acostaron prometieron dejar ese partido atrás.

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